29 ago 2009


Relato travesía number tres

Salí (digo salí porque, como desde hace varios días, navego solo) de Marina Smir el día 17/8/09 a las 11:30 hrs. La intención era hacer la travesía hasta Caleta Vélez, distante unas 80 millas, junto con otros dos barcos.
Al poco tiempo de salir me comunican por radio que cambiaron de opinión y que se dirijen al puerto deportivo de Estepona y yo, como soy algo cabezota les digo que muy bien pero que yo seguiré navegando con rumbo NE hasta que me canse, que ya no voy a Caleta Vélez de momento y que la meta es llegar a Roquetas de Mar, distante unas 160 millas.

Crucé el estrecho haciendo el rumbo que el poco viento del E me permitía, un NE, y la noche me cogió navegando por la costa española, a unas 8 millas de la misma, con calma chicha y con rumbo a Cabo de Gata.
De madrugada empezó a levantarse algo de mar del E, que fue en aumento, y que, de vea en cuando traía algo de viento. La mayor portaba casi siempre, aunque poco y, de vez en cuando también podía sacar la génova.
La incómoda mar de fondo siguió en aumento y el viento en disminución hasta la completa calma. Para mas incordio tenía casi todo el tiempo una corriente en contra que oscilaba desde uno hasta dos nudos. El nivel del depósito de combustible bajaba alarmantemente y la progresión, en millas reales navegadas, no era la adecuada.
A las 10:00 hrs. del día 18 estaba casi a la altura de Adra y a unas 10 millas de distancia y aún me faltaban 25 millas para llegar a Roquetas. El combustible debería llegar pero temía que con el mar de fondo que había cogiese aire el circuito de combustible, así que decidí poner rumbo a Adra para repostar aunque sabía que no había surtidor en el club náutico. Ya me las arreglaría.
Atraqué en Adra a las 12:00 hrs. Cogí del barco una garrafa de 20 litros, tomé un café en un bar, le pedí la guía telefónica, llamé a un taxi que me llevó a la próxima gasolinera, llené la garrafa, volví al barco en el taxi, la vacié en el depósito y salí pitando rumbo a Roquetas. En total perdí una hora.
El mar de fondo fue en aumento y en Punta Sabinal, poco antes de Almerimar, el mar empeoró y el viento subió hasta los 20 nudos de media. Consecuencia: Camarote de proa parcialmente mojado.
Motivo: Al salir de Adra el calor en el interior del barco era agobiante y abrí parcialmente la escotilla de proa para que corriera algo el aire. Cuando se levantó el viento, quizás debido a que cuando uno lleva más de 24 horas sin dormir pierde reflejos y no piensa con la misma claridad, no me acordé de cerrar la puta escotilla. Así que, clavada de proa y camarote semi-inundado. Cayó algún que otro juramento pero “a lo hecho, pecho”.
Llegué a Roquetas a las 18:00 hrs. donde ya me estaban esperando personal del náutico y mi buen amigo Jesús. Amarre, cubrir impreso de entrada y cervecita fresca. Después de esto, a trabajar. Vaciado del camarote de proa, endulzado de las fundas de las colchonetas (ya las había sacado cuando el incidente para evitar empapar la espuma de las mismas) y limpieza del camarote. Al día siguiente todo estaba en orden.
Y aquí estoy desde hace unos días disfrutando de la hospitalidad de los roqueteros, en especial de mi amigo Jesús.

Como ya siento algo de morriña y deberes familiares y sociales me reclaman, dejaré el barco aquí unos días y yo me iré a casa por una o dos semanas.


Home, sweet & nice home, 29/08/09

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