25 sept 2008

¡A trabajar, coño!


Tras varios años de intensas negociaciones "politiqueras" los Ministros de Trabajo de la UE (suena algo así como Unión de Empresarios) han aprobado un acuerdo que permite a los empresarios hacer que sus empleados trabajen un máximo de hasta 65 horas semanales. ¡Casi ná!
La redacción intenta quitar hierro al asunto y dice que tiene que haber un acuerdo entre empresario y trabajador/es para llevar a cabo tal desatino. Incluso va mas lejos. El empresario tendrá que obtener el consentimiento por escrito del trabajador.
Por descontado que lo obtendrá, quiera o no quiera el empleado. Es muy sencillo si, hipoteticamente, nos ponemos en el lugar del currante.

Supongamos: Un trabajador medio, con su familia, su hipoteca, su coche financiado y un sueldo que le permite ir, a trancas y barrancas, haciendo frente a sus obligaciones económicas, trabajando sus 40 o 48 horas semanales.

Sigamos suponiendo: Un empresario que necesite contratar a otro empleado para el mismo departamento del primer empleado, puesto que el trabajo que éste realizaba necesita un refuerzo. ¿Qué hará? ¿Contratará a ese otro empleado?. La respuesta es bien sencilla: ¡NO!

Simplemente le dirá a éste trabajador: Mira, como la ley me permite que, de común acuerdo, pueda hacer que tu trabajes 65 horas semanales, me vas a firmar este papelito y, a partir de mañana tu horario será de 65 horas semanales, distribuidas como a mi me interese. Si no lo quieres así ya puedes ir buscándote un nuevo empleo.

El trabajador ni se lo piensa y dice: ¡señor, si señor!. En lo que realmente piensa es en su familia, en su hipoteca, en el crédito de su coche, en el colegio de los niños y en un largo etc. de Euros, necesarios para que todo siga casi igual. Y digo "casi igual" porque no será exactamente igual, si tenemos en cuenta que tendrá menos tiempo para si mismo o para su familia.

De esta manera el empresario se ahorra los gastos derivados de contratar a otro empleado (Seguridad Social, etc.) a cambio del pago de unas horas extraordinarias. Si es que las paga, que eso también habría que verlo.

Naturalmente, el acuerdo tendrá que ser aprobado por la Euro Cámara (Empresarios Conjuntados) y, con toda probabilidad, será aprobado y bendecido. Incluso habrá algún politiquillo que se atreverá a decir que es un día histórico por el gran avance logrado.

Este acuerdo, en el probabilísimo caso de que la Eurocámara lo apruebe, da al traste con casi un siglo de lucha de los trabajadores (con algunos muertes incluidas en manifestaciones y algaradas) en pro de una jornada laboral razonable y, lo que resulta mas sorprendente, esto está ocurriendo aquí, en Europa. Ni los mas viejos del lugar recuerdan algo que se le parezca.

Después se extrañan los políticos europeos de que los votantes rechacen la Constitución Europea, mas conocidas por la "Constitución de los Mercaderes" el no de muchos países (por desgracia nosotros, muy europeistas, votamos si) a esa Constitución, fue el derecho al pataleo de Juan Pueblo.

Así nos va, intentando copiar el estilo USA, con la salvedad de que aquí lo deciden y ponen por escrito nuestros "representantes" políticos, que nada nos dijeron de sus intenciones cuando nos pidieron nuestro voto.

Señores de la alta política, díganme: ¿Esto no era Europa?

Quizás se murió de vieja y toca entierro.


At home, sweet home 25/09/08






2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jo, macho. Pues, con matices, te tengo que dar la razón. Ande vamos?

Gladiador dijo...

Vamos, o iremos, adonde los que manejan el timón o los timones, nos lleven.
Lo que mas miedo me da es que la oficalidad de este barco no está todo lo preparada y conjuntada que debiera. Así es practicamente imposible navegar por aguas tranquilas y nos tocará capear cada temporal de dos pares de narices. Al tiempo.