19 nov 2009

Sobre el jodido trabajo



Dicen muchos personajes, que pasan por ser inteligentes entre la multitud o gran masa, que el trabajo enaltece, forma, eleva y hace al hombre, o mujer útil a la sociedad.
Lo que no queda tan claro es lo que la sociedad hace por el hombre o la mujer que trabaja.
En principio le paga un sueldo, a veces de miseria y otras veces, las menos, de escándalo. No hay más que ver el de algunos políticos, directivos bancarios o de multinacionales.
Estos últimos, además de cobrar lo que no ganan, tienen un sinfín de prebendas adjuntas a sus salarios, contratos blindados, coche oficial, pensiones de escándalo, sin que en muchos casos la cotización a la seguridad sea la exigida al común de los mortales, etc. En el caso de que haya sido ministro, o del gremio, apaga y vámonos.
El caso de los currantes de a pié es completamente diferente. Cobran, en la mayoría de los casos, un salario de subsistencia e incluso miseria. Trabajan, algunos, hasta deslomarse. Si quieren llegar a cobrar una pensión (digna o no tanto) tienen que cotizar a la S.S. un mínimo de 35 añitos y no morirse antes de los 65 años.
Si nos referimos a los trabajadores autónomos el panorama es bastante peor todavía.

A ver. Está bíblicamente claro que el trabajo es un castigo divino. “Ganarás el pan con el sudor de tu frente, etc.” Y me pregunto; ¿Desde cuándo el castigo enaltece, forma, eleva, etc.?
Lo que me jode es que algunos mitigan el castigo divino a base de muchos Euros.

Para terminar, un pensamiento políticamente incorrecto:
Si ser puta, o puto, (aquí hay hacerle caso a la ministra del ramo) significa vender nuestro tiempo y nuestro cuerpo ¿qué hacemos trabajando por un salario? ¿Acaso somos todos putas o putos?
Home, sometimes sweet home, on 19/11/09

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